En esta nueva entrega nos trasladamos hasta la zona universitaria de la capital aragonesa para conocer la historia de otros de nuestros colegiados. .
Despedimos el mes de octubre con una nueva entrega de la sección 'Ortopédicos de Aragón: Cara a cara' cuyo objetivo, como sabéis, no es otro que conocer un poco más a fondo a nuestro colectivo, así como poner en valor la ortopedia visibilizando el trabajo técnico, adaptado y casi artesano que protagonizan quienes integran esta profesión.
Así pues, nos trasladamos hasta las instalaciones de Zaraorto. Un negocio familiar que abrió sus puertas en el año 1983 de la mano de José luis Álvarez iglesia y Blanca San Millán Rioja, a quienes han seguido muy de cerca sus tres hijos que ya encarnan la segunda generación de técnicos ortoprotésicos. En este caso son Nerea, Jorge y Blanca.
Hoy, Nerea reconoce que lo suyo con la ortopedia ha sido vocación en estado puro. “Por mis padres, desde luego, no ha sido. Ellos no hubieran querido, pero aquí estamos”, afirma desde uno de los locales que regentan ubicado en el número 53 de Fernando el Católico. “Lo hemos mamado desde niños, y al final hemos seguido este camino”, añade.
Y es que sin duda si hay algo con lo que se quedan en Zaraorto es con la maravilla de poder mejorar la vida de quienes llegan hasta alguno de sus centros. Y es que al local antes mencionado se le suman la tienda ubicada en el número 70 de la misma vía, el de la calle Pablo Remacha 17 y el de Vía Universitas 2.
Además de un completo catálogo de productos disponibles tanto en su tienda física como en la ‘online’, donde encontramos desde los materiales más tradicionales dentro del ámbito del deporte y la rehabilitación -con órtesis de tronco, miembro superior e inferior-, el hogar -con camas articulares- o la movilidad -con andadores y muletas-, incluso sillas de ruedas en alquiler; hasta lo último en tecnologías biónicas electrónicas o mecatrónicas.
“Hablamos de algunos de los productos más novedosos del sector”, explica Marcos Budría, uno de sus técnicos que trabaja sobre el miembro inferior de Mónica Lana, paciente de 22 años. Además, también disponen de taller propio dedicado a la fabricación de ortesis, prótesis y plantillas de última generación, con los materiales y técnicas más actuales.
“Desde siempre me fui por la rama de las ciencias. Pensé en estudiar fisioterapia ocupacional pero al final opté por el grado Ortoprotésico. La formación en nuestro ámbito es demasiado escasa y tuve que búscame la vida para seguir formándome en esta línea. Hay tantos campos que no acabaríamos nunca”, admite.
Como muchos de quienes han pasado por esta sección con anterioridad, la zaragozana asegura que si hay algo que le enamora verdaderamente de su trabajo es el contacto con los pacientes, así como con el resto de profesionales con los que trabajan mano a mano. “Es una profesión multidisciplinar. Nuestra profesión requiere del contacto directo con médicos y otros especialistas”, añade.
Pero, sobre todo, tratas con personas en una situación en ocasiones muy compleja. “Estos trabajos requieren de una gran sensibilidad y son procesos muy intensos. Necesitas que te aporten seguridad. Yo desde que llegué aquí sentí que había encontrado mi sitio”, admite la joven Nerea.
Una ortopedia solidaria
Desde hace más de dos décadas, Nerea y su equipo organizan junto a la asociación de Mujeres Aragonesas con Cáncer Genital y de Mama (Amac-Gema), la Asociación de Comerciantes y el Ayuntamiento de La Puebla de Alfindén un desfile de moda benéfico para recaudar fondos para esta causa. “Pensar en que podemos hacer algo para ayudar a todavía más personas es muy importante para nosotros”, afirma la zaragozana.